En lo alto de la puna vive Alpacadula, una alpaca que sueña con ser estrella de fútbol. Alpacadula entrena hasta ser parte de la selección de fútbol de alpacas, pero después de un partido contra su rival Llama Guerrero en el que sufrió una fuertísima lesión, decide retirarse para dedicarse a la política y postular a la presidencia del Perú. La vida política resulta ser difícil y tediosa para Alpacadula, por lo que decide volver al fútbol y dejar la presidencia a su vicepresidente el Tigre Gareca. Finalmente los otros auquénidos de la puna deciden que están hartos de ser excluidos de la política que se maneja entre alpacas y tigres, así que se autoconvocan a marchar, y logran que se convoquen nuevas elecciones generales para decidir el futuro del país.
La historia de Alpacadula nació en el primer día del Programa de Inducción, durante un ejercicio creativo para romper el hielo. Como una cadena, una persona comienza a contar una historia y le pasa la palabra a alguien más, y así la vamos creando en conjunto. Entre risas y bromas aparecían los intereses personales de cada une entrelazados con la problemática del país: la inestabilidad de la política, la importancia cultural del fútbol, el impulso de autoconvocarse para participar… todo provocado por una foto de una adorable alpaca con una camiseta y una máscara. Fue un bello momento de creación colectiva del cual no queda más que el recuerdo, pues en nuestra emoción por iniciar el programa de inducción nos olvidamos de darle play a la grabación.
Alpacadula nos enseñó nuestra primera lección: siempre graba la sesión.
Sabíamos que esta no era una clase y sin embargo se sentía como un primer día de clase, nervioses por empezar algo nuevo. Alpacadula hizo un excelente trabajo para entrar en confianza y establecer que este es un espacio para aprender y colaborar entre todes, solo faltaba explicar las reglas de juego:
- Este programa de inducción sirve para refrescar conceptos de investigación académica y elaborar un plan tentativo de investigación de acuerdo a un tema de su interés.
- Cada participante debe presentar avances en cada sesión para recibir feedback de sus pares y miembros del equipo organizador.
- Quien completa el programa de inducción con un plan de investigación entra a formar parte del laboratorio.*
Confieso que yo necesitaba el programa de inducción tanto como les participantes. Han pasado siete años desde la última vez que hice investigación académica, con el proyecto de tesis que dejé abandonado para decepción de mi profe de Seminario 2 (lo siento, Juanfer). Desde entonces he seguido investigando por mi parte en varios proyectos que entendían la palabra “investigar” de una forma completamente distinta a lo que nos enseñaban en Métodos, en procesos que culminaron en cuerpos en movimiento y no en un artículo académico. Y de una forma también, debo admitir, mucho menos estructurada. La última vez que había escuchado la palabra “metodología” fue en Ciega Sordomuda de Shakira , así que preparé mi canchita (elegantemente fuera de cámara) para sentarme a recordar y reaprender.
En la segunda sesión nos enfrascamos en el debate de qué se entiende por investigar en comunicaciones. Nos dividimos por grupos para abordar desde distintos ángulos las oportunidades y retos que la investigación en comunicación plantea, en conversación tanto con les otres compañeres como con los textos que se habían mandado para leer previamente. Para la tercera sesión debíamos definir tema, problema y pregunta de investigación. Les pedimos llegar con ideas sobre temas para decidir durante la sesión, y esta resultó ser la parte más difícil por la abundancia de buenas ideas para escoger. En cada sala grupal aparecían multitud de temas que nos provocaba desarrollar: desde las narrativas de anime hasta las elecciones presidenciales, pasando por las respuestas ante el COVID y las fiestas transfeministas. Con la ayuda de los comentarios de sus compañeres y del equipo organizador, cada participante logró por fin elegir un tema, y con eso arrancó el verdadero trabajo.
Para la cuarta y quinta sesión la cosa se puso seria: era el momento de formular preguntas, objetivos e hipótesis, para poder trabajar un diseño metodológico. Fue alrededor de estas sesiones que empezaron las deserciones, al ser evidente el tiempo y esfuerzo que el laboratorio requiere. Sabíamos que esto iba a suceder, pues para comprometerse con un proyecto así se requiere mucha pasión y entrega. De las veinticinco personas que crearon a Alpacadula quedaron catorce creando sus planes de investigación; casualmente, todas mujeres.
En la sexta sesión complementamos los detalles al tocar el tema de los posibles productos que podían presentar** y la necesidad de establecer un cronograma de trabajo. Sin embargo, el momento más importante fue cuando les pedimos que evalúen honestamente sus capacidades como investigadoras y las herramientas que manejan para el trabajo que se plantean. La gran mayoría reportó sentirse capaces de llevar a cabo sus planes con lo aprendido dentro del Programa de Inducción, e hicieron énfasis en la importancia del espacio de acompañamiento para mantenerse motivadas. En nuestra última sesión del Programa de Inducción se respiraba un aire de fiesta, como el final glorioso de un arduo camino, no obstante el trayecto recién empezaba. Con los planes de investigación ya culminados, lo único que faltaba era que las participantes se comprometieran y asuman el reto.
Felizmente, todas lo hicieron.
FOTO ALPACADULA: Montúfar, U. (6 de diciembre de 2021). Desde Chiluyo, Mazocruz, Zona Alpaquera Aymara. Les presento a GIANLUCA, hincha de Lapadula y de la selección Peruana. Arriba Perú. Facebook https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10223555568255445&set=a.10202929250090382&type=3
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