Y otra vez estoy aquí, ante la imponente presencia de una hoja en blanco. Esta vez, me toca hablar de mi experiencia en Comunica Investiga LAB. Tengo que confesar que para mí es un gran reto esto de contar. Un gran reto, el de compartir experiencias tan llenas de crecimiento y aprendizaje en conjunto, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo para transmitir lo que en esencia significa el LAB para mí.
Ya han pasado algunos meses desde que decidí formar parte de este espacio. Desde que decidí dar ese primer gran paso. Recuerdo muy bien lo emocionada que estaba por empezar, pero también recuerdo la angustia y las dudas que tenía en ese momento. Ahora que puedo verlo en retrospectiva, me doy cuenta de que esas dudas y temores, de algún modo, son siempre parte del camino cuando iniciamos algo nuevo.
El LAB me dio la oportunidad de conectar con otros comunicadores y comunicadoras en formación. Todos cargados de grandes ideas, intereses diversos e interrogantes. Cada uno de ellos inspirador a su manera. En nuestras reuniones pude conocer más acerca de sus temas de interés, las realidades y posibilidades que les gustaría explorar. Las luchas por las que apuestan, la historia con la que se identifican, las comunidades de las que forman parte, sus gustos y pasiones, se convierten en el motor que nos impulsa a abrazar nuestras ideas y seguir aprendiendo.
Estos encuentros me demostraron que el crecimiento no solo se da en la acumulación de conocimientos, sino también en la interacción con miradas diferentes. Las experiencias y los puntos de vista que cada uno aportaba fueron de gran ayuda para ampliar nuestra comprensión de los temas que proponíamos. Nos alentaba a reconocer nuestras fortalezas pero también a cuestionarnos y considerar nuevos enfoques y soluciones.
Si bien reconozco lo mucho que he avanzado en el proceso, sé que aún me queda camino por recorrer. Sigo aprendiendo, me sigo equivocando y aunque las dudas nunca se desvanecen por completo, voy aprendiendo a aceptar la incertidumbre como parte del camino, tomar impulso en ellas y buscar apoyo en quienes me rodean. Me siento cada vez más determinada a enfrentarlas y crecer a partir de ellas.
El LAB para mí ha sido un espacio para cuestionar, para aprender, para conectar y para crecer. Por todo esto, no quisiera terminar esta nota sin antes expresar lo agradecida que estoy con este espacio y con el increíble equipo que lo hace posible. Por acompañarnos en cada paso de este proceso, por recordarnos lo importante que es mirar al mundo con curiosidad y que está bien si nos equivocamos en el camino.
