Hace unas semanas un compañero de la universidad me preguntó: “¿qué te apasiona?” Permanecí en silencio. Nunca me había planteado esa cuestión. ¿Qué es lo que más entusiasma? Vi fugaces escenas de mí realizando diversas actividades artísticas y deportivas cuando era menor de edad. Pensaba responder ello, pero una nueva pregunta nubló mi mente: ¿qué me apasiona ahora? “Amo escribir e investigar”, es la respuesta automática que le brindo a mi entorno social. Seguido de ello señalo: “pero es una relación compleja de descontento-satisfacción”.
Plasmar nuestras ideas en una hoja vacía es el primer logro de todo investigador. Escribir un párrafo puede generar que yo permanezca sentada tres horas. Ello no significa que no tenga la capacidad para producirlo, es que suelo ser tan meticulosa hasta el punto del perfeccionismo. Por lo tanto, estoy acostumbrada a planificar mis actividades con anticipación y, lamentablemente, cuando estas nos se dan como preveo, aparece la frustración.
Actualmente estoy analizando el rol comunicativo de los actores en la generación del ciclo de vida del conflicto socioambiental dado en Santa Clara de Uchunya ante la expansión del agronegocio de la palma aceitera por las empresas Ocho Sur. Temática definida horas previas a la redacción de esta bitácora.
Se me presentaron diferentes obstáculos que impidieron la continuación de mi investigación y ello, claramente, generó un desequilibrio en mi rutina. ¿Qué tan factible es replantear una investigación? Era una pregunta que me abrumaba y no me atrevía a responder. Era consciente de mi exhaustiva búsqueda de contactos: el envío de mensajes telefónicos tras ser derivada por otros actores, la persecución por redes sociales a los individuos a los cuales buscaba entrevistar. Me parecía una acción intrusiva pero necesaria. Sin embargo, comencé a sentirme desanimada cuando cada uno de ellos prefería abstenerse a opinar sobre el tema y, por consiguiente, rechazaban mi solicitud de entrevista.
¿Hice mal al seleccionar este tema para la investigación? ¿Qué tan viable era analizar percepciones y actitudes en torno a un conflicto socioambiental? Un tema delicado, claramente. Fue así como tuve mi primer acercamiento a la realidad de un profesional.
“Sin entrevistas no tengo sustento” le comentaba a mi asesora durante una sesión en la cual yo prometí comentarle la información que había recogido en las entrevistas. Tenía muchas expectativas por ese día. Debo admitir que me encontraba totalmente decaída y frustrada porque mi investigación se desmoronaba, pero recibí comentarios alentadores que me brindaron un abrazo a la distancia y me fortalecieron para tomar la decisión de replantear nuevamente el estudio.
Ahora son las dos de la madrugada y, como señalé, me encuentro replanteando nuevamente mi investigación. La fase de descontento con ella ha finalizado. Reconozco que este es un proceso colmado de nuevas experiencias que me han permitido aprender no solo del tema escogido, sino también del entorno y a enfrentar la realidad. Sé que estaré satisfecha y orgullosa de mi investigación, ahora solo espero con ansias culminarla para demostrarme a mí misma que sí fui capaz.
