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“Comunicar para sanar”: Los agentes comunitarios de salud en San Mateo de Huanchor entre el 2019-2021 

Manju Rojas
agosto 24, 2022
Revista

“Comunicar para sanar”: Los agentes comunitarios de salud en San Mateo de Huanchor entre el 2019-2021 

Manju Rojas
agosto 24, 2022
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Resumen

Esta investigación tiene como objetivo general analizar las dinámicas de comunicación presentes en el trabajo de los agentes comunitarios, tomando como referencia el caso de San Mateo de Huanchor durante el periodo 2019-2021. El desarrollo del campo de la salud comunitaria es vital para asegurar el bienestar general de las diversas poblaciones en el país, ya que en un país intercultural como el Perú, los procesos de salud deben comprenderse desde su propio contexto y características.

Desde un enfoque cualitativo se hizo énfasis en las experiencias y percepciones de los agentes comunitarios. Se trabajó con una muestra de dos de un total de doce agentes comunitarias activas durante el periodo 2019-2021 en San Mateo de Huanchor, y se utilizó la guía de entrevista semi-estructurada como instrumento de recojo de información. De este modo, este estudio concluyó que las dinámicas de comunicación están caracterizadas por el relacionamiento a partir de la confianza y empatía generada entre agentes y vecinos, tomando en cuenta que el contexto en el cual están insertados está marcado por la verticalidad e institucionalidad. 

Palabras claves: Salud Pública, Salud Comunitaria, Agentes Comunitarios de Salud, Participación Comunitaria, COVID-19.

Introducción

¿Cómo llevar los servicios de salud a todas las distintas zonas, en un país tan centralizado y con un sector de salud tan saturado? Es a través de los enfoques de Promoción de la Salud y la Salud Comunitaria, que se despliegan estrategias y acciones para que los servicios de atención lleguen hasta las comunidades más alejadas. En este escenario, el trabajo de los Agentes Comunitarios en Salud, en el resto del texto serán mencionados como ACS, ha significado un aporte fundamental para la promoción de prácticas preventivas en salud dentro de las comunidades donde se encuentran. 

Los ACS son definidos como el nexo entre la comunidad y los establecimientos de salud. Sin embargo, su trabajo aborda muchos más aspectos. Son representantes de su comunidad, tienen un rol articulador con diversos actores sociales y promueven la agencia y participación dentro de su comunidad en temas de salud. Entender cómo se ha desarrollado el trabajo de estos desde la perspectiva comunicacional es fundamental para conocer con mayor profundidad los procesos y actores involucrados en el campo de la salud comunitaria. 

Por ello, esta investigación parte de la pregunta: ¿Cómo se desarrollan las dinámicas comunicacionales en el trabajo de los agentes comunitarios: Caso San Mateo de Huanchor durante el periodo 2019-2021?, para explorar el mundo de los agentes a partir de las prácticas comunicacionales que se ejecutan en los espacios que comparten y relaciones que forman con los vecinos y actores institucionales, entendiendo a estos como el personal de salud, personal municipal y representantes de empresa minera. En ese sentido, en primer lugar se brindará una descripción y justificación del tema, luego se presentará el diseño metodológico implementado, señalando los informantes claves, técnicas y herramientas de análisis de información. Después, se expondrá el marco teórico de la investigación junto con los principales conceptos y autores tomados en cuenta. A continuación, se mostrarán los resultados obtenidos luego de la aplicación de las herramientas y por último, se presentará el análisis y las conclusiones finales. 

1. Presentación y justificación del tema

La salud comunitaria en el Perú es fundamental para poder llegar y atender a la población que se encuentra en los lugares más alejados. Gran parte de sus servicios de salud todavía están centralizados. Ejemplo de ello, es que Lima concentra la mayor cantidad de médicos especialistas, además de contar con el 25% de los hospitales de segundo y tercer nivel a nivel nacional (Altamirano, 2022). Si bien esta concentración puede responder a la cantidad de personas que viven en la capital, esta repartición de todos modos termina afectando la disponibilidad y calidad de los servicios en las otras regiones del país, ya que Lima se vuelve en el principal escenario. De ese modo, las estrategias a través de la salud comunitaria se vuelven esenciales, y al centro de estas dinámicas, se encuentra un actor articulador: el agente comunitario. 

La figura del agente comunitario ha estado presente en el ámbito de la salud comunitaria desde antes de que se oficializara y nombrara como tal, ya que no fue hasta 1995 que se oficializó su labor (Diris Lima Norte,s.f). Un actor anónimo pero laborioso, al agente comunitario lo moviliza el poder ayudar a su comunidad y a sus pares brindándoles información y buscando empoderarlos, para poder prevenir enfermedades, promover hábitos saludables y cuidar su bienestar general. De este modo, el agente comunitario se convierte en un ciudadano activo dentro de su espacio social y se vuelve pieza clave para el empoderamiento y participación de su comunidad en temas de salud. 

El interés por querer abordar este tema es, en primer lugar, por el vacío presente en la academia peruana sobre los ACS desde una perspectiva comunicacional. Si bien se pueden encontrar diversos artículos e informes sobre los proyectos en los cuales estos participan como usuarios o beneficiarios, son escasos los estudios que se adentran al universo de los ACS e intentan entenderlo en su complejidad y relación con los demás. En segundo lugar, porque la COVID-19 marcó un antes y un después en el ámbito de la salud pública y la sociedad en general, por lo que desde las comunicaciones se tiene el deber de analizar este fenómeno junto con lo que significó, impactó y transformó. Dentro de este escenario, la labor de los ACS fue clave para la sensibilización sobre temas de cuidado y prevención de enfermedades dentro de sus comunidades (Minsa, 2022).     

Siguiendo esta línea, resulta necesario mencionar que la pandemia causada por la COVID-19 ha representado un momento histórico a nivel global, y ha traído cambios en el ámbito social, político, económico y cultural. En el Perú, la pandemia ha tenido como consecuencia diversos retrocesos en sectores claves para nuestro desarrollo. Por tal razón, es necesario explorar y entender cómo se han dado estos procesos y cuál es el impacto que tendrán en un escenario nacional post pandemia. 

La salud pública es un sector vulnerable y que, durante la pandemia fue afectado directamente, poniendo al descubierto grandes problemas estructurales en las instituciones encargadas. Estudiar las dinámicas comunicacionales tanto de las instituciones del gobierno como de los actores dentro del sistema de salud nacional es imprescindible para entender los aciertos, desaciertos, desafíos y oportunidades que se tienen hasta el momento. En ese sentido, analizar el trabajo de actores claves en las dinámicas de salud a nivel micro, como son los agentes comunitarios, es una tarea indispensable, ya que estos representan uno de los principales nexos entre las comunidades y los sistemas de salud públicos. Esta adquiere mayor relevancia si se toma en cuenta que una de las principales razones por las que el Estado peruano no ha podido ejecutar políticas aterrizadas al contexto de los ACS es porque aún hay un gran desconocimiento sobre sus necesidades, entornos y acciones. Los ACS siguen siendo actores anónimos dentro de las dinámicas de la salud pública en el país y es fundamental ponerles un nombre e historia. Por lo tanto, la necesidad de producir investigaciones sobre estos actores desde diversas disciplinas, no solamente la médica, es una tarea urgente dentro del ámbito académico. 

Desde la Comunicación para el Desarrollo, estudiar el campo de la salud pública siempre será importante porque se vincula directamente con el bienestar y desarrollo de las personas. Además, el tema cobra mayor importancia cuando tratamos con poblaciones en condiciones de vulnerabilidad y limitado acceso a sistemas de salud de calidad, como lo son las que se ubican en distritos semi rurales como San Mateo de Huanchor.  

Por último, tomando en cuenta que la comunicación en el ámbito de la salud ha tenido predominantemente una percepción instrumentalista y difusionista, estudios desde enfoques relacionales y participativos se vuelven imprescindibles actualmente para enriquecer la investigación entre estos dos campos. Así, se busca superar el enfoque de comunicación que trabaja productos, por una comunicación que desarrolle procesos y relaciones (Roeder, 2005), y con este objetivo en mente se puede posicionar a los ACS como protagonistas en las dinámicas comunitarias de salud, ya que son el nexo entre su comunidad y los establecimientos de salud, además de interactuar con otros actores externos en la cotidianidad de sus labores.    

La institucionalización del agente comunitario en salud 

Los Agentes Comunitarios en salud son caracterizados principalmente por su trabajo con las comunidades de manera articulada. De este modo, según David Sanders, los agentes comunitarios son agentes de cambio, ya que tienen una participación social en sus comunidades, mediante la movilización de recursos de la comunidad, asistiendo a eventos sociales, consultando a líderes religiosos, actuando como defensores en diversos temas en su comunidad y construyendo equipos de acción intersectorial y colaborativa (Sanders, et al., 2012). Así, el componente relacional presente en su trabajo también resulta fundamental para entender el accionar de estos.

Asimismo, para entender los modos de trabajo de los agentes se cuenta con la teoría propuesta desde el campo de la medicina por Jonathan Mann, la cual hace referencia al Modelo de la Vulnerabilidad. Esta plantea que se puede entender a los agentes comunitarios a partir de tres ejes: en primer lugar; el eje programático o institucional, que entiende aquellas cuestiones políticas que inciden en el trabajo de los agentes, en segundo lugar; el eje social, que involucra a las cuestiones de su cotidiano de trabajo, y finalmente el eje individual; que son las situaciones que producen sufrimiento en estos actores (Mann en Schubert & Neves, 2011). De esta forma, se enfatiza en sus redes, experiencias de participación en grupos, asociaciones, y en su vida en comunidad. 

En el contexto peruano, los Agentes Comunitarios en Salud (ACS) son definidos por el Ministerio de Salud (MINSA) como:

Personas líderes escogidas y/o reconocidas por su comunidad que realizan acciones voluntarias de promoción de salud y prevención de enfermedades, en coordinación con el personal de salud y otras instituciones locales, ejerciendo la representatividad de su comunidad a través de la participación ciudadana, cumpliendo de esa manera el rol articulador entre la comunidad y autoridades (MINSA, 2014, p.6). 

De este modo, los ACS representan una parte fundamental de la estrategia de salud pública al ser un actor transformador que acerca los temas de salud a la comunidad de la cual forma parte. 

Si bien la figura del Agente Comunitario está presente en el país desde hace varias décadas, no fue hasta 1995 que se oficializó su labor, y en 1999 se declaró el 4 de junio como el Día Nacional del Agente Comunitario en Salud (Diris Lima Norte, s.f) con el propósito de otorgarle más importancia a la labor de estos. Es a partir de estos años, que la institucionalización de los ACS se empezó a dar de forma gradual, llegando a intensificarse durante la última década. 

En el 2018 se promulgó la Ley N° 30825 que lleva por título “Ley que fortalece la labor de los agentes comunitarios de salud” (Defensoría del Pueblo, 2018). Esta significó un gran avance para indicar las funciones que debía cumplir el MINSA para apoyar a los agentes. No obstante, hasta la fecha no se ha publicado el reglamento de dicha ley, además de no incluir el enfoque intercultural, el cual es sumamente relevante cuando se tratan temas de salud pública en comunidades rurales o semirurales.  

Desde el Ministerio de Salud y sus órganos afiliados se han creado diversos materiales de consulta y orientación durante los últimos años dirigidos a los propios agentes con el objetivo de fortalecer su trabajo y conocimiento sobre cómo abordar diversas situaciones y enfermedades. Si bien el foco siempre ha estado sobre las enfermedades más comunes en las zonas rurales y vulnerables como la tuberculosis, anemia, desnutrición, etc. (que se dan principalmente por la falta de servicios básicos y los problemas de saneamiento en las viviendas), iniciativas como las propuestas por el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas y su “Manual: promoción de la salud y prevención del cáncer dirigido a agentes comunitarios” (2019) dan cuenta de la necesidad de seguir produciendo material vinculado a otro tipo de enfermedades y escenarios de la salud.

La Comunicación en Salud como campo de estudio 

En sus inicios, los estudios de Comunicación en Salud tenían predominantemente un carácter difusionista e informativo. El énfasis estaba puesto en las condiciones y estrategias que maximizan el impacto de la transmisión de información y promueven nuevos conocimientos, actitudes y prácticas. De este modo, se le redujo durante varios años al campo instrumental, identificándose como un quehacer básicamente técnico, normativo y distante de la reflexión y del análisis (Alfaro en Roeder, 2005). Esto limitó la exploración de procesos, relaciones y actores en diversos espacios que involucraban temas de salud. 

No obstante, esta realidad fue cambiando a raíz de los cuestionamientos de autores como Thomas Tufte (2007), quién argumentó la necesidad de indagar cómo los actores interactúan y dan sentido a problemas relacionados a la salud, enfermedad y bienestar. De este modo, se empezó a promover la importancia de incluir los contextos comunitarios y culturales como parte del análisis y no como determinantes separados. Además, se vio necesario un nuevo énfasis en la capacidad participativa y autodeterminante de las comunidades para servir como agentes activos en sus decisiones de salud. En ese sentido, estudios sobre actores como los agentes comunitarios traen a colación nuevos y necesarios debates dentro de las dinámicas de salud comunitaria.

Al día de hoy, se entiende que la Comunicación en Salud tiene como objetivo involucrar a diferentes grupos poblacionales con los cuales intercambiar información relacionada a su salud. Asimismo, es un campo en el cual se puede identificar ideas y métodos para influir, comprometer, empoderar y apoyar a los individuos, comunidades, profesionales de la salud, pacientes, tomadores de decisiones políticas, organizaciones y el público en general, para introducir o adoptar prácticas, comportamientos o políticas que mejoren los resultados de salud a nivel individual, comunitario y público (Schiavo en Navarro, 2019). La mirada sobre el campo de la Comunicación en Salud se ha transformado para incluir de manera más integral diversos aspectos que buscan mejorar los comportamientos y acción colectiva alrededor de la salud. 

En el Perú, la Comunicación en Salud es un actor en la agenda del desarrollo social desde hace aproximadamente treinta años. Nació después de la epidemia del cólera, durante el verano de 1991, y cambió por completo la perspectiva que se tenía hasta ese momento sobre la salud pública. A raíz de este evento, se empezó a reconocer la importancia de la comunicación social para preservar la vida de las personas, además de resaltar que las posibilidades de enfrentar una emergencia sanitaria son mayores cuando las personas ya están informadas, que es posible lograr espacios de participación y que es necesario promover la transparencia en las decisiones políticas cuando se presentan situaciones que comprometen la vida de millones de personas (Roeder, 2005). El COVID-19 supone nuevos retos para el campo de la Comunicación en Salud, por lo que es fundamental seguir estudiando los nuevos escenarios, actores y dinámicas surgidas en este contexto histórico.  

Habilidades de comunicación en profesionales de la salud

Según la Escala sobre Habilidades de Comunicación en Profesionales de la Salud (EHC-PS), postulado en un estudio de Leal-Costa et al (2016), las habilidades de comunicación en profesionales de la salud pueden ser definidas como:

El conjunto de técnicas y conductas verbales y no verbales […] que conforman la competencia relacional de los profesionales de la salud a través de las cuales éstos 79 expresan, en un contexto interpersonal (centrado en el paciente) y en una situación específica, sus necesidades, sentimientos, preferencias, opiniones, deseos y derechos, proporcionando una serie de consecuencias en la relación que afectan al propio paciente (mejoría o curación del proceso clínico, satisfacción con la atención, cambios conductuales y emocionales), a los profesionales (satisfacción o bienestar en su trabajo), a la relación entre ambos (reforzamiento, confianza, apoyo, denuncias o reclamaciones), e incluso al sistema sanitario (utilización de recursos, efectividad y calidad en la asistencia) (Leal-Costa et al, 2016, p.51). 

Esta definición puede adaptarse al trabajo que realizan los ACS, ya que aunque estos “no sean profesionales de la salud de manera oficial, cumplen funciones similares y llevan a cabo tareas de la misma forma que el personal técnico/especializado. De ese modo, en el estudio se plantean seis habilidades específicas” (Leal-Costa et al, 2016, p.51), las cuales se señalan a continuación (Ver Tabla 1):

Tabla 1 – Habilidades de comunicación en profesionales de la salud

Comunicación informativa La capacidad de proporcionar información asegurando que los pacientes la comprenden, así como obtener información integral de los pacientes.
Escucha activa La disposición física y mental del profesional de la salud de querer escuchar con atención la totalidad del mensaje que emite el paciente, a través de comunicación verbal o no verbal. Se debe intentar entender el significado correcto del mensaje que brinda el paciente, e indicarle lo que el profesional cree que está entendiendo del contenido del mismo.
Empatía Disposición del profesional que le permite sumergirse y observar las experiencias del paciente desde su marco de referencia interno, es decir, desde su mundo subjetivo. Esto se logra captando a través de la forma en la que el paciente significa su entorno y cómo comunica sus sentimientos, ideas, etc. Una actitud empática es la disposición de la persona de entender ese marco de referencia interior del otro. La forma conductual en la que este componente se muestra es a través de la escucha activa, 80 mencionada anteriormente, y en la respuesta empática. Esta es descrita como la habilidad de “comunicar verbal y no verbalmente lo comprendido mediante diferentes modos de responder” (Leal-Costa, 2016, p.51).
Respeto Recepción, aceptación y comprensión de lo que el paciente transmite en la interacción, sin juzgarlo. 
Autenticidad o congruencia Actitud que le permite al profesional de la salud mostrarse como él o ella mismo/a en la relación con el paciente. Se trata de la coherencia entre lo que el profesional piensa internamente y la forma en la que lo comunica a través de lenguaje verbal y no verbal.
Asertividad o conducta socialmente habilidosa Conjunto de conductas del profesional en un contexto interpersonal que le permiten expresar sus emociones, derechos, opiniones, actitudes, etc., de forma adecuada, respetando a los demás, y que le permiten resolver problemas inmediatos y minimizar la probabilidad de la aparición de otros. 

    Elaboración propia. Fuente: Leal-Costa et al, 2016.  

Comunicación Participativa

Según Thomas Tufte y Paolo Mefalopulos, este enfoque está basado en el diálogo y permite el intercambio de información, percepciones y opiniones entre los diversos actores. Además, incluye la exploración y generación de nuevos conocimientos orientados a abordar situaciones que necesitan ser mejoradas Desde la perspectiva de estos autores, la comunicación participativa se compone de los siguientes principios: un diálogo libre y abierto, la consciencia de las relaciones de poder para dar voz a quienes no la tienen, la pedagogía liberadora que busca la sensibilización orientada a la acción y la acción-reflexión-acción que busca una articulación entre la sensibilización y el compromiso a la acción (Tufte & Mefalopulos, 2009). Estos elementos están presentes en el accionar de los agentes comunitarios en general, por lo que se posicionan como sujetos insertados en las dinámicas de comunicación participativa, a la vez que las impulsan. 

Es en esta misma línea que Alfonso Gumucio define los principales componentes que caracterizan a la comunicación participativa, los cuales se encuentran relacionados a ¨la capacidad de involucrar a los sujetos humanos del cambio social en el proceso de comunicar¨ (Gumucio, 2001, p. 38). Es decir, actores que pertenecen a una comunidad como los agentes comunitarios deben ser parte del proceso para promover el bienestar de manera integral. 

Del mismo modo, el autor menciona que ¨los enfoques participativos contribuyen a colocar la toma de decisiones en manos de la comunidad y consolida su capacidad de confrontar sus ideas sobre el desarrollo con el personal técnico y los planificadores. Asimismo, contribuye a infundir autoestima y orgullo por la cultura, refuerza el tejido social a través del fortalecimiento de las organizaciones propias de la comunidad y protege la tradición y los valores culturales, al mismo tiempo que facilita la integración de nuevos elementos¨ (Gumucio, 2001, p. 37). Entonces, se puede entender que no solo los agentes comunitarios son parte de las dinámicas de comunicación participativa, sino que el trabajo de estos también promueve la participación activa en sus propias comunidades para finalmente volver a los vecinos en agentes de su propio cambio. Para entender mejor los elementos que caracterizan los procesos de comunicación participativa se puede observar lo siguiente (Ver tabla 2):

Tabla 2 – Las categorías de la comunicación participativa

Característica Descripción
Horizontalidad La comunidad como actor dinámico que participa activamente en el proceso de cambio social, asumiendo el control de los instrumentos y contenidos de comunicación en lugar de ser percibidos como meros receptores pasivos de información y de instrucciones. 

Proceso
Proceso de diálogo y de participación democrática en la planificación de las actividades comunicacionales en lugar de campañas verticales, caras e insostenibles, que no contribuyen a construir una capacidad de respuesta a las necesidades sociales, desde el ámbito comunitario.
Largo plazo La comunicación—y en general el desarrollo—son concebidos como procesos de largo aliento, que requieren de cierto tiempo para que la comunidad pueda apropiarse de ellos.
Colectivo Las comunidades urbanas y rurales actúan colectivamente en el interés de la mayoría, evitando que el poder sea monopolizado por unos pocos. 
Con Investigar, diseñar y diseminar mensajes con participación comunitaria en lugar de diseñar, probar, lanzar y evaluar mensajes que fueron concebidos para la comunidad, pero resultan ajenos a ella.
Específico El proceso de comunicación adaptado a cada comunidad en cuanto al contenido, el lenguaje, la cultura y los medios.
Necesidades del pueblo El diálogo en la comunidad y los instrumentos de comunicación para ayudar a identificar, definir y discriminar las necesidades sentidas y reales.
Apropiación Procesos de comunicación “apropiados” por el pueblo, para ofrecer igualdad de oportunidades a la comunidad.

Concientización
Un proceso de concientización y de profunda comprensión de la realidad social, sus problemas y soluciones en lugar de mecanismos de persuasión que inducen cambios de comportamiento a corto plazo.

                                                                                            Elaboración propia. Fuente: Gumucio, 2001, 38-39.

2. Diseño metodológico 

El objetivo general de esta investigación es analizar las dinámicas comunicacionales que construyen el trabajo de los ACS, mientras que el primer objetivo específico es conocer las estrategias comunicacionales utilizadas por los agentes comunitarios para el relacionamiento con los vecinos, y el segundo objetivo específico es explorar las relaciones comunicacionales desplegadas en los espacios de capacitación y socialización entre los agentes comunitarios y actores institucionales. A partir de lo mencionado, la presente investigación tiene un enfoque cualitativo, ya que privilegia la voz de los ACS y actores relacionados para que den cuenta de sus vivencias y percepciones. Las aproximaciones cualitativas permiten conocer a los sujetos en lo personal y experimentar lo que estos sienten en sus luchas cotidianas en la sociedad (Taylor & Bodgan, 1987 en Espinoza, 2020). Por ello, este enfoque metodológico es pertinente para el propósito del trabajo, ya que se busca hacer énfasis en las experiencias y vivencias de los agentes, al mismo tiempo que se reconstruyen y examinan los procesos de comunicación empleados. Nos interesa particularmente lo que ellos como protagonistas tengan que decir acerca de la labor que realizan. Si bien todos los ACS reciben capacitaciones y orientaciones estandarizadas, cada uno tiene la autonomía para desarrollar sus propias estrategias de comunicación y relacionamiento, por lo que cada experiencia es distinta. 

Por otro lado, se tiene un alcance descriptivo ya que se busca conocer a los elementos que componen el trabajo de los ACS y sus interrelaciones, desde una perspectiva comunicacional. Asimismo, vale la pena mencionar que, si bien los estudios sobre Comunicación en Salud se han venido desarrollando desde hace varios años en Perú, el trabajo de los ACS se ha analizado de forma casi exclusiva desde un enfoque de evaluación y/o desde la mirada médica. 

Las ACS representan a las principales informantes, ya que son estas quienes tienen las experiencias, opiniones y sentires centrales para ser analizadas. Si se toma en cuenta que el objetivo general es analizar las dinámicas comunicacionales que construyen el trabajo de los ACS y los objetivos específicos giran alrededor de los espacios e interacciones que se forman con vecinos y otros actores, es lógico que el insumo principal deba venir de las percepciones que las mismas agentes tienen sobre su trabajo con los demás. 

El primer criterio de selección para la delimitación de las agentes con las cuales se trabajaría, fue la viabilidad de poder contactarlas. En ese sentido, después de un primer intento de contacto, se consiguió el número telefónico de tres de las doce que están activas actualmente en el distrito, por lo que se priorizó acercarse a esas tres, de las cuales dos terminaron siendo finalmente entrevistadas. Asimismo, otro criterio de selección fue el tiempo que llevaban en el cargo como ACS, ya que se buscó que las entrevistadas llevarán como mínimo dos años realizando las labores, para que puedan brindar información más sólida y extensa. Se seleccionó este periodo de tiempo, tomando en cuenta que desde el primer día la ACS está comunicándose con los vecinos, por lo que dos años se consideró suficiente para tener ya una dinámica establecida e identificable por parte de la investigadora.

Se escogió como técnica de recojo de información la entrevista semi-estructurada ya que a través de esta es posible recolectar las experiencias y opiniones de las ACS de manera espontánea y natural, pero también ordenada, ya que le permite al entrevistador poseer una guía establecida de preguntas que puede clasificar como considere pertinente. En ese sentido, la entrevista semi-estructurada es capaz de adaptarse a las diversas personalidades de cada sujeto, mediante el cual se trabaja con las palabras del entrevistado y con sus formas de sentir, e intenta hacer hablar a ese sujeto, para entenderlo desde dentro (Tonon, 2009). Por ello, se consideró la técnica más adecuada para ajustarse a las respuestas de las agentes entrevistadas en el momento, al mismo tiempo que otorgaba un orden general a las preguntas. 

En relación a los criterios éticos para el recojo de información, se estableció un protocolo de contacto con las potenciales entrevistadas, a quienes se las llamaba por teléfono y se les informaba sobre la investigación, el objetivo de esta y los usos de la información que brindarían. A continuación, se les consultaba si deseaban participar y sí respondían afirmativamente, se las grababa otorgando su consentimiento. Una vez terminado ese proceso, se iniciaba la entrevista y se grababa la llamada para poder guardarla como insumo. Es importante resaltar que a las informantes también se les solicitó su autorización para que sus respuestas sean grabadas y se les mencionó previamente que podían negarse a contestar alguna pregunta y/o podían pedir parar la entrevista en cualquier momento si es que no se sentían cómodas.  

3. Marco contextual

San Mateo de Huanchor

Huarochirí se divide en 32 distritos (Ver figura 1) y cuenta con 69 establecimientos de salud, agrupados bajo la administración de la Red de Salud de Huarochirí. 

Figura 1- Mapa de Huarochirí

                            Fuente: DePerú.com

A excepción del Hospital San Juan de Matucana, todos los establecimientos están categorizados dentro del primer nivel de atención, lo cual quiere decir que se dedican principalmente a actividades de promoción de salud, prevención de riesgos y control de daños causados por enfermedades (MINSA, 2015). Estos se materializan en postas y centros de salud, las cuales cuentan con un personal técnico básico. 

Según la ex encargada del área de Promoción de la Salud de la Red de Salud de Huarochirí, ¨en San Mateo de Huanchor hay 4 postas y son 12 los agentes comunitarios que se encuentran activos, siendo todas mujeres¨ (Informante A, 2022). Asimismo, es uno de los pocos distritos de la provincia que cuenta con un Centro de Promoción de Vigilancia Comunal (CPVC) funcional, en donde se llevan a cabo talleres, capacitaciones y eventos sobre temas de salud y otros de interés para la población.  

Los agentes comunitarios de San Mateo reciben apoyo a través de capacitaciones, incentivos, beneficios, etc. desde distintas entidades como el Centro de Salud de San Mateo, la Red de Salud de Huarochirí, la Municipalidad del mismo distrito y la empresa minera Los Quenuales, la cual ha tenido un papel fundamental para incentivar el trabajo de los agentes en la zona durante la última década. 

En el contexto de la pandemia, garantizar la realización de actividades presenciales por parte de los agentes comunitarios fue todo un reto. Por un lado, la Red de Salud presentó inconvenientes para articular con la Dirección Regional de Salud de Lima Provincias (DIRESA) y asegurar la entrega de equipos de protección para que los agentes puedan realizar sus visitas domiciliarias. Esta fue una de las principales razones por las que su trabajo se vio limitado al ámbito virtual durante el 2020, ya que no podían exponer a los agentes a contagiarse. No obstante, estos no pararon sus labores durante ese año, y en distritos como San Mateo de Huanchor, el cual tiene uno de los índices más altos en cuanto a agentes comunitarios activos, se siguieron desarrollando actividades de promoción y prevención tanto sobre el COVID-19, como de otras enfermedades que atacan a la población de la zona. 

5. Hallazgos

Para la exposición de los hallazgos, se organizará la información según los objetivos de la investigación. En ese sentido, en relación al primer objetivo específico, el cual es conocer las estrategias comunicacionales utilizadas por los agentes comunitarios para el relacionamiento con los vecinos, esta es definida como “el conjunto de técnicas y conductas verbales y no verbales […] que conforman la competencia relacional de los profesionales de la salud” (Leal-Costa et al, 2016, p.51). Para este objetivo se buscó entender las interacciones y estrategias que el agente comunitario despliega para relacionarse con los vecinos. En ese sentido, se identificaron tres momentos claves en el proceso de relación con estos, los cuales serán comentados a continuación.

El primero es la estructura de visitas, en el cual las agentes le recuerdan a las personas que ese día harán visitas a domicilio para que estén atentos y disponibles para recibirlas. A las nuevas personas, se les da un speech inicial de presentación, con el objetivo de dar a conocer el rol del agente comunitario y la importancia de que haya una participación constante con este. Al final de las visitas (sean a nuevos vecinos o no) se les hace firmar el registro de visitas, para confirmar que efectivamente recibieron la capacitación según lo requerido.

Cuando tengo que salir, me programo y les digo a las personas que voy a hacer visita. Cocino temprano, agarro mi folder y me voy de casa en casa, busco a los que tienen cita de visitas, a veces las personas se esconden, hay algunos que no te reciben. Paro todo el día hasta las 2 y le digo a mi hijo que coma, después salgo otra vez, a veces me quedo hasta la noche, hasta terminar, ya que tengo que entregar el informe, cuaderno, folder y material que usamos. Cada agente tiene que invitar por lo mínimo a 8 personas, y estas tienen que firmar que has ido a visitarlos (Informante A, 2022) 

El segundo momento son las formas de trabajo, las cuales varían dependiendo del tipo de población con la cual se está interactuando. Por ejemplo, según comenta la informante A: “con los adultos mayores uno debe ser más paciente y amable que de costumbre”. Del mismo modo, las entrevistadas señalaron que la meta es poder impactar en el usuario, así tal como una describe: “Sobre la enfermedad de la anemia, les decimos a las mamás que no tan importante la cantidad sino la calidad de la comida, y ellas se sorprenden”. 

El tercer momento son los recursos y materiales que las agentes utilizan durante sus sesiones de capacitación. Entre las más comunes se encuentran las láminas o pósters proporcionados por el mismo Centro de Salud. No obstante, también se cuenta con dibujos o papelotes que las mismas agentes preparan con anticipación para compartir. Uno de los recursos más eficientes y que provoca en mayor impacto en los vecinos son las demostraciones de preparación de alimentos en vivo, especialmente para las madres. Es gracias a este método que se logra captar la atención de las vecinos e incluso se llega a fortalecer la participación de estas, ya que deben hacer las demostraciones ellas mismas para confirmar lo que han aprendido.

Utilizo rotafolios, láminas, dibujos, pongo el círculo de la alimentación y le explicamos a las personas El Centro de Salud nos da material, y también nos apoya la minera, a veces contrata un nutricionista para darnos charlas. También nos reunimos en el Centro de Vigilancia Comunal, donde citamos a las madres y las agentes preparábamos los alimentos frente a ellas, de esa manera la gestante miraba (Informante A, 2022).

Para el adulto mayor, nos dan afiches del Centro de Salud y les mostramos, mayormente con el diálogo, tratándolo bien, tenemos que ser hábiles para poder hablar y que te entiendan, influye el respeto y la solidaridad. En mi zona son tranquilos. (Informante B, 2022).

En relación al segundo objetivo específico, el cual es explorar las relaciones comunicacionales desplegadas en los espacios de capacitación y socialización entre los agentes comunitarios y actores institucionales, hay que tener en cuenta que parte de la definición de participación comunitaria. Esta es entendida como la ¨toma de decisiones que es colocada en manos de la comunidad, la cual refuerza el tejido social a través del fortalecimiento de las organizaciones propias de la comunidad¨ (Gumucio, 2001, p. 37). En ese sentido, se buscó conocer las dinámicas de comunicación presentes en los espacios de interacción con actores institucionales y si efectivamente, esta interacción representaba una dinámica de participación comunitaria. A continuación, se mostrarán los hallazgos más resaltantes según el tipo de actor con que las agentes comunitarias interactúan (Ver Tabla 3):

Tabla 3 – Interacción del ACS con otros actores institucionales


Con el centro de salud
Las capacitaciones se dan sobre la marcha, dependiendo de los temas que necesitan ser reforzados. Este año habrá capacitaciones sobre primeros auxilios y vacunación. Tienen una duración entre 3 – 4 horas, no suele empezar puntualmente.


Con la minera Los Quenuales
Organizan campañas, donan medicamentos y ofrecen capacitaciones.Dan incentivos más grandes, viene trabajando desde hace años en San Mateo.



Con la Municipalidad de San Mateo de Huanchor 
Tiene una participación mínima y poco constante con las agentes comunitarias, articula con estas principalmente por fechas especiales. Apoya con materiales para las demostracionesDa capacitaciones para toda la comunidad en general, y pide apoyo de las ACS cuando hay festividades.

Tabla 3. Elaboración propia. 

5. Análisis

El análisis de los resultados también ha sido dividido según los objetivos de la investigación. En ese sentido, en relación al primer objetivo, es importante rescatar el concepto de Leal-Costa (2016) que entiende las estrategias comunicacionales como técnicas y conductas que conforman las competencias de los profesionales en salud.  Dentro de la subcategoría que el autor presenta como comunicación informativa, señala que esta muestra la capacidad que el actor tiene para proporcionar información, asegurándose de su comprensión. 

En el caso de las entrevistadas, estas mencionaron que la información que le brindan a los vecinos en sus charlas no es escogida por ellas, ya que los temas los decide el centro de salud. Sin embargo, una vez que saben lo que deben comunicar buscan conectar la necesidad con la temática para que los vecinos puedan recordar mejor la información. Por tal motivo, si es que buscan concientizar a las madres sobre la alimentación de sus hijos, hacen énfasis en aspectos como la calidad que deben tener los productos que consumen y las consecuencias de no alimentarlos bien. 

Otro tipo de estrategias que utilizan las agentes son materiales de soporte visual, los cuales se vuelven indispensables para asegurar la comprensión de los temas. Tal como mencionaron las entrevistadas, suelen usar rotafolios, láminas, pósters y realizan demostraciones en vivo para enseñar cómo preparar alimentos altos en hierro cuando tienen que tocar temas de anemia y desnutrición. La desconfianza y/o vergüenza de los vecinos para hablar con las agentes es más común de lo que parece, por lo que para motivarlos de asistir a las charlas que se brindan en el centro de salud, las agentes también dan incentivos como víveres. 

Como se ha podido observar, las interacciones entre vecinos y agentes siguen una línea institucional marcada, ya que las agentes están insertadas en los límites que les permite el centro de salud para su accionar. No obstante, también tienen autonomía para desarrollar y compartir su propio material de apoyo para las charlas, además de poder escoger cómo desean manifestar la información a los vecinos. Por esta razón, se puede decir que los espacios comunicacionales que se configuran entre las agentes comunitarias y vecinos están enmarcados en la formalidad propia del rol institucional que tienen las agentes, pero pueden presentar diversos niveles de disrupción dependiendo del agente y su modo de ser para comunicarse con su comunidad. 

En relación al segundo objetivo, vinculado a la interacción con los actores institucionales, es necesario mencionar que según Gumucio (2001) se puede definir como una dinámica participativa cuando el lenguaje, contenido y medios utilizados están adaptados al contexto de la comunidad, además de responder a las verdaderas necesidades que la población tiene. En ese sentido, las entrevistadas señalaron que durante las capacitaciones en el centro de salud, el material que les brindan los especialistas suele ser antiguo y repetitivo. Por esta razón, se puede afirmar que se vuelve necesario contar con un enfoque más dinámico e interactivo. 

Además, las entrevistadas perciben los espacios de capacitación como verticales y jerarquizados, en los cuales el profesional en salud es quien tiene la última palabra y los conocimientos, a pesar de que las agentes ya poseen bastante experiencia y familiaridad con los temas y dinámicas. Por ello, se sostiene que si bien el personal de salud conoce y entiende las necesidades, ventajas y dificultades que pueden llegar a tener las agentes comunitarias, la participación no se da de manera recíproca con los agentes, ya que estos siguen considerando al personal de salud como los líderes de los espacios de capacitación, y quienes finalmente tienen el poder de decisión. 

En la interacción con otros actores como el personal municipal o de la empresa minera Los Quenuales, no solo se repite esta misma dinámica de espacios marcadamente institucionalizados, sino que también se percibe que el apoyo que pueden brindar tiene un fin utilitarista hacia las agentes. Tal como comentaban las entrevistadas, la municipalidad recurre a ellas cuando necesitan apoyo en actividades y festividades puntuales, por lo que los espacios de socialización se reducen al trabajo de mano de obra que les puede brindar, desaprovechando oportunidades de articulación real. En el caso de la minera Los Quenuales, el trabajo conjunto es esporádico y para campañas específicas que esta realiza, y en la cual necesita el apoyo de la comunidad (ejemplo: campañas de nutrición).

Finalmente, también se encontró una regular participación de las agentes en otros espacios comunitarios. Tomando en cuenta que una de las características de la participación comunitaria es la construcción del tejido social a través de los roles activos que un actor pueda tener (Gumucio, 2001), las agentes entrevistadas utilizan su presencia en otros espacios como medio para tener más visibilidad entre los vecinos y lograr que estos las reconozcan. 

Ambas entrevistadas señalaron formar parte de diversos espacios y roles (desde ser lideresas en su barrio hasta candidatas a regidoras). Entre las motivaciones de esta acción, se encontró que reconocen que su participación en otros espacios es una ventaja para su trabajo como agentes, ya que las hace más conocidas entre los vecinos y es un medio para acercarse. Nuevamente, el fortalecimiento del tejido social es un aspecto fundamental para estas. 

6. Conclusiones

Se puede evidenciar que las dinámicas de comunicación desplegadas por los agentes comunitarios en San Mateo de Huanchor están caracterizadas por la cercanía que el agente es capaz de generar a través de sus propios recursos y estrategias, con sus vecinos, como el uso de material propio y visual (papelotes, dibujos) para presentar los temas de prevención en salud. Sobre todo porque los espacios de socialización y capacitación que comparten con otros actores están marcados por la verticalidad y formalidad.  

En cuanto a las prácticas comunicacionales que establecen con los vecinos, están caracterizadas por las relaciones de confianza y empatía. Se parte de la población entienda al agente como un actor que se reconoce como amable, cercano y paciente, y sobre estos elementos construye diversas relaciones con los vecinos con los que debe interactuar. El objetivo siempre es atraerlos, cautivar su atención e interpelar para promover prácticas saludables de prevención y cuidado, por lo cual utilizan un lenguaje sencillo pero de impacto, que cause un cuestionamiento en el interlocutor. 

Además, los materiales que escogen y/o desarrollan para complementar sus presentaciones y charlas, también son herramientas fundamentales. La mayoría de estos son materiales básicos, tienen un contenido predominantemente técnico y son en formato de texto, ya que no poseen instrucción o guías sobre algún otro tipo de recursos, como podrían ser los virtuales. Esta falta de conocimientos, tiene como consecuencia que en contextos como los ocasionados por el Covid-19, en el cual las actividades presenciales se pararon, la adaptación de los agentes se haya dado de forma muy limitada y su labor haya estado detenida. 

En cuanto a las relaciones comunicacionales desplegadas en los espacios de capacitación y socialización con otros actores institucionales, se concluye que estos se enmarcan dentro de espacios institucionalizados y supervisados. En ese sentido, la relación entre las agentes comunitarias y actores como el personal del centro de salud se vuelve vertical y de subordinación, limitando la participación de las propias agentes para dar sugerencias, hacer consultas e incluso realizar comentarios. Esta situación influye en el desempeño de las agentes, dificulta el desarrollo de sus actividades, ya que el soporte brindado desde otros actores es débil. 

El poder conectar con el otro no es una tarea sencilla. Conseguir llamar la atención de otra persona para interpelar y generar un cambio de actitudes y prácticas, es un proceso que debe ser acompañado de las herramientas necesarias, y solo es el inicio de una relación que debe mantenerse y fortalecerse. Las estrategias de comunicación también pueden ser aprehendidas por las personas, y los agentes comunitarios como comunicadores comunitarios que son necesitan contar con la capacitación y apoyo adecuado para seguir realizando un trabajo que sea sostenible y genere un impacto real. 

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